la tormenta
LA TORMENTA Solo
ficción
La quietud de la tarde se vio empañada por un olor extraño
que invadía el ambiente, de pronto vi nuestro gato blanco correr desesperado y
esconderse en el lavadero, e inmediatamente unos ruidos en seco que venían de
lejos y se acercaban cada vez mas, sin entender corrimos dentro y pudimos
observar caer el granizo pegado, formando una sola piedra del tamaño de una
naranja. La impresión era tanta que estábamos en silencio y solo podíamos
exclamar lo que nuestros ojos veían a través del ventanal, podíamos escuchar
con que desesperación la gente con sus autos corrían a resguardarse, pero había
sido inútil, nadie se lo esperaba, la ciudad era un caos.
Continuábamos viendo a través de la ventana la pila de
piedras que se habían juntado y los mas pequeños miraban con gracia, yo
imaginaba con que simpleza los niños pueden hacer de una tragedia un momento
hasta de alegría diría yo, porque parecían disfrutarlo, es que a su edad el
miedo no existe, en cambio a uno el miedo lo ha llegado a paralizar y eso es lo
que algunos no entienden, cuando juzgan y dicen porque pasan ciertas cosas, es
que a ellos no les paso y no saben lo que es estar en los zapatos del otro.Las personas que estaban conmigo se fueron a sus casas,
aprovechando que dejo de llover, al menos por el momento.
Mientras tanto, los niños quieren salir al patio, finalmente
lo logran y comienzan a juntar piedras. Por la radio avisan que estamos en alerta y que
nadie salga de sus casas, comienza a llover nuevamente y a soplar viento, grito
porque los niños no me hacen caso y no quieren entrar, quieren seguir juntando
esas malditas piedras que ya me están dando hastió.Comienzo a arroparlos y me
doy cuenta que el viento sopla cada vez mas fuerte y la lluvia es mas intensa.
Estoy sola con los niños, de pronto ,los golpes en la puerta son desesperantes,
es mi hermana Sacha, que la mandaron de su trabajo para que este con sus hijos
porque se esperan horas criticas.El rio a comenzado a crecer, hay que
prepararse para una posible evacuación .Está lloviendo demasiado, los niños y yo
nos abrazamos, Sacha como siempre nerviosa no deja de gritar y de relajarme, ni
en momentos como este pierde la costumbre, no se porque la gente en vez de
unirse y bajar los humos se pone mas agresiva, si hasta me dan ganas de darle una
cachetada pero me contengo.No sé cuánto tiempo paso, nos quedamos allí
pensando en que hacer, entonces es cuando observo que por debajo de la puerta,
se va deslizando lentamente el agua, es allí que siento el peligro, que
difícilmente saldremos de esto. Ponemos los niños arriba de la mesa, el tiempo
pasa rápido y uno pierde la noción de la hora, ya se está inundando de
apoco toda la casa. Sacha preocupada por sus cosas que se le van a
arruinar, ella es así, en la familia dicen que es cheta, mientras que el resto
es humilde y se muestran como son, aunque ella también lo es, lo digo en el
sentido de que es una trabajadora mas, pero tiene unos humos y aires de niña
bien, que no sé de donde los saco.Mientras ella trata de salvar algunas ropas,
yo tomo mi cartera y los documentos de todos,´preparo leche y la pongo en un
termo y tomo la mamadera, un jarro, el chupete, todo lo que los niños van a necesitar.
Me doy cuenta al tomar unas mantas que las manos me tiemblan.Cortaron la luz,
el agua sigue subiendo, lentamente va oscureciendo, prendo unas velas y le digo
que de seguir así tendremos que subir al techo, entonces Sacha me dice que
escucha que los vecinos se están por ir y que ya llueve menos que les va a
pedir que aunque sea le lleven los niños a un lugar seguro.
Salimos todos juntos,
con el agua por la rodilla, ella les grita, se acerca al auto y les pide ayuda
pero ellos le dicen que no tienen lugar,-pero los niños, solo los niños por favor-
pero ellos se van, ella se queda mirándolos, la veo triste y los ojos llenos de
lagrimas, sus amigos, mas que vecinos amigos de toda la vida, de pronto Sacha
gira su cabeza como buscando a alguien y dice ¡el padre de los niños! ,si el va
a venir a ayudarnos el no nos va a dejar- pero los minutos pasan y nadie viene..esta
oscureciendo,llovisna y no se ve nada, dé pronto, como un milagro inesperado el camión aparece en la oscuridad , destartalado, ruido
a lata, el motor parece atorarse, como haciendo un gran esfuerzo para andar en
el agua y soportando la carga que lleva arriba, y como Cesar montando su corcel en el planeta
de los simios allí esta Rafael nuestro primo , al que Sacha no puede ver ni en pinturas, el preocupado vino a socorrernos, pensó en
nosotras, era la ultima persona que imaginamos que nos ayudaría y sin embargo
esta.Subimos rápidamente y pobre Sacha se mescla su perfume de
Carolina Herrera Vip con el olor a negros, porque así los llama ella a toda esa gente
buena que hay arriba, es una cachetada a su orgullo, una patada a su vanidad,
va en silencio, cabeza gacha, a mi me da vergüenza ajena. Todos comentamos lo
sucedido y una mujer dice que vamos a un refugio, que allí estaremos seguros.
Viajamos casi media
hora hasta llegar al lugar, su primo preocupado la ayuda con los niños, ella
casi hasta se molesta, allí se encuentra el resto de la familia que llegaron
como pudieron, Lilian dice que iban a buscarnos cuando se cruzaron con Rafael,
que estaban preocupados por nosotros,Lilian es otra prima
y tiene tres niños, Sacha ya no puede mas con su cara de asco. Trato de alejarme, me
siento sola , realmente no tengo ganas de nada, se ha largado a llover aun mas
fuerte y escucho decir que el agua sigue creciendo, pienso que en mi casa ya
no queda nada, las cosas deben estar flotando, imagino cada una de ellas que formaron
parte de mi vida , miro a mi alrededor, el paisaje es desolador, niños apenas
arropados , llorando de hambre y miedo, mujeres cargadas de hijos , ancianos, jóvenes,
ricos y pobre, todos iguales, todos juntos en la misma bolsa. Me acerco a mi familia, discuten con Sacha, ella no se queda
atrás, le reprochan por ser así, ah no por Dios yo mejor me voy,¡ se armo!
porque le dijeron puta y ella les dice borrachos, drogadictos, negros
de mierda, no les tiene miedo, ¡ como los enfrenta!, uno de ellos le dice pero
si no fuera por estos negros te hubieras ahogado vos y tus hijos, quien te
crees que sos,donde está el padre de los pendejos y Sacha sigue y sigue, no se
les calla.Los veo, los oigo
mostrando sus miserias, tomo distancia, si mejor me voy lejos, yo formo parte
de esta familia y ahora yo ya no tengo nada que ver con esta historia, solo le
pertenece a ellos. Dicen que las cosas por algo pasan, quizás tengan razón, el
diluvio en mi familia hace mucho que llego, solo que nos ahogamos en el, ahora quizás
ante esta situación limite puedan rescatar algo de ellos
Alguien pasa con mate cocido caliente, han improvisado una
cocina en este galpón viejo de un campo de las afuera de la ciudad, sabroso y
calentito, lo saboreamos, lo olemos, es lo más parecido a nuestros hogares que
tenemos.Ahora los niños juegan,
parecen haberse olvidado por un momento de la inundación. Todo cambia en un
instante, semanas atrás estábamos conmovidos, emocionados, festejando los
acontecimientos del Papa, y ya ni nos acordamos , ni tampoco de la visita deTom
crouise, es como si lo de afuera ya no
tuviera lugar, solo nos tenemos a nosotros mismos, mirando hacia dentro, buscándonos,
tratando de saber como seguir después de esto, quizás sigamos siendo los
mismos, pero algo tiene que cambiar, es como si fuera la ultima noche en la que
los resentimientos están a flor de piel, pero también la solidaridad, cada uno
muestra lo que es, no todos eran tan malos como parecían ,ni tan buenos como creíamos,
quizás estas cosas sirven para eso, para que se les caiga la careta a los hipócritas.
Lo que importa es que
estamos juntos, me pregunto que hay de mi, si yo me tengo a mi misma, creo que me olvide de
vivir, mis viejas heridas, las que no puedo curar, mis miedos que no me dejan
avanzar, siempre tan correcta y estructurada, sin saber decir no, miro a Sacha
y a todos los demás, ellos se pelean, se odian , se quieren, se encuentran,
pero son auténticos aun con sus grandes defectos, no puedo decir que no han demostrado lo que son, en cambio
yo callada, mostrando quien no soy, aparentando ser y no ser nada, solo logre
estar aquí aislada, observando la vida pasar, si no estuviera no se darían
cuenta, daría igual porque no existo, ellos no tienen nada que ver con lo que me pasa.
Pasaremos la noche y el día siguiente y vaya ha saber hasta
cuando, nadie sabe cuando volveremos, esperamos resignados todo lo que vendrá,
han traído colchones y ahora casi todos tratan de descansar, sobre todo los
niños y ancianos. Los colchones en el suelo me recuerdan viejas épocas, en las
que solíamos tirarlos en el patio para dormir, porque el calor en las noches se
hacia insoportable, quedándonos hasta tarde, hablando, soñando, riéndonos, habíamos
compartido el calor, el frio, el hambre y los buenos tiempos, después cada uno
fue quien fue, quizás yo me quede en
aquella epoca, quise tener una familia perfecta, sin pensar que son
personas que pueden equivocarse, creo que soy yo la que no los acepta.Estoy parada en el
umbral de una puerta, alguien me dio un cigarrillo, de los que se salvaron de
la mojadera, son como un tesoro en tanta ansiedad y angustia, otro hombre se me
acerca, interrumpe mis pensamientos, comenta lo que pasa y me dice que la
llovizna que esta cayendo es la ultima, mañana saldrá el sol.Mañana, mañana, todos volveremos a ser quienes somos, como
dijo Serrat, vuelve el rico a su riqueza, vuelve el pobre a su pobreza y el
señor cura a sus misas, mañana, ya nadie, se acordará de los inundados.
Interesante relato que por un lado de la condición humana en situaciones extremas y por otro en la voz del narrador hay un ejercicio de introspección y aceptación.
ResponderEliminarRematarlo con las líneas de esa maravilla de Serrat ha sido estupendo. Hasta pareciera autobiográfico. Ese recurso narrativo le da ese toque.
Saludos Estela.