Sus días transcurrieron con la rutina
habitual de un periodista, cubriendo notas en televisión y también para el
diario.
Los domingos escuchaba música, leía y alguna
película alquilada hacia que se pasaran más rápido los momentos de ocio.
Novia, no ni loco, para que atarse si así
estaba bien, sólo alguna aventura ocasional y nada más.
Días después fue nuevamente a la casa de
María a la que no encontró, supo por una vecina que se había ido de viaje.
Sintió curiosidad por aquel viaje.
Presintió que había algo más que un simple libro. Aquella mujer era la clave de
una desaparición.
Quizás la justicia no pudo ver más allá,
tal vez, no investigaron a la víctima y su entorno, claro cómo hacerlo si
aquella mujer era intachable, una perdida irremediable para una sociedad que la
había idealizado.
Pero
María ¿Qué papel jugaba en todo esto? ¿Porque la busco tanto? Si bien era su
madre, fué tanta la dedicación, que perdió su pareja y prácticamente se hecho
al abandono.
Investigó hasta dar con el autor del libro.
Necesitaba saber su pueblo natal. Le costó ya que era una edición vieja y de
pocos ejemplares, finalmente lo consiguió.
Se preguntó, porque hacia aquello, acaso
querría viajar, ni él lo sabía. Pero la curiosidad hizo que en el tiempo menos
pensado estaba volando a Italia. En busca de una aventura que tenia nombre de
mujer, María, María Arévalo la que deambulaba por los pasillos del juzgado
buscando un fantasma, marchitándose en la oscuridad de una obsesión.
Sintió la caricia del sol, de aquel verano
europeo de casas viejas frente al mar, nada despreciable para un viaje
inesperado.
¿Que buscaba? En realidad quería seguir a
María y ver que hacía, por eso recorrió los lugares que no eran muchos, donde
pudiera conseguir el dichoso libro y al mismo tiempo saber si había estado por
allí la mujer.
Finalmente termino en una vieja biblioteca a
las salidas de la pequeña ciudad.
-¡Mire que cruzarse el océano por un libro!
Pero a viajado inútilmente, no queda nada, si bien el autor nació aquí, quizás
algún coleccionista… -decía la
empleada, una señora mayor con cara de aburrida en un lugar que no pasaba nada
ni nadie -Lo mismo le dije a la mujer
que vino hace unos días, parece que a los del nuevo continente se les ha dado
por leer a Giannini, pero aquí no hay nada.
No había dudas que María había andado por
allí, y que él le estaba pisando los talones.
-Como puede ser, que nadie haya guardado un
ejemplar, es raro -Pablo hacia tiempo- ¿Y sabe si esa mujer finalmente encontró
algo en otro lugar?
-¡No! ni idea señor. Solo le dije que el
único libro que quedaba por lo menos que yo
vi, fue el que tenía una viejita. Pero la casa se incendio, quizás ya no
quede nada de Giannini.
-¡A ver! ¿Cómo está eso? Cuénteme algo más
¡ Me interesa!
La mujer no se hiso rogar, estaba tan
aburrida y tenía tantas ganas de hablar que comenzó con su relato.
-La viejita vivía a unas cuadras de aquí,
venia todos los días con su librito bajo el brazo. Se sentaba allí, mire, ve
donde esta aquella mesa. Bueno esto fue durante muchos años, hasta que un día
no vino. Su casa se estaba incendiando con ella dentro y seguro con el libro
también.Así fue como el último ejemplar de giannini que hayan visto mis ojos se
quemo en el incendio.
-¡Pobre mujer!, que final tuvo.
-¡No! No es lo que está pensando, ella
termino en el psiquiátrico.
-¡Está viva! ¿Y cómo se llama?
-¡No! No lo sé, Solo la identificaba por su
libro..
-¿Que mas me puede decir de ella?
-Rara muy rara, casi no hablaba.
-¿Sabe que no leí ese libro? Solo me lo
recomendaron y como estoy por trabajo, soy fotógrafo, sabiendo que el autor era
de aquí, pensé que podía estar en esta biblioteca. Pero bueno, usted lo leyó,
es para sacarme la curiosidad.
-¡Si lo leí! Alguna vez tuve uno en mis
manos. Pero eso fue hace tanto tiempo, a mi no me gusto. El personaje es un
psicópata, sus versos son muy fuertes, pero bueno existe gente que le gusta.
Habla de un hombre posesivo, que tiene a su amada encerrada.
-¿Cuánto tiempo vino la viejita por aquí?
-Unos diez años o más. Usted parece
policía.
-Nada que ver, soy fotógrafo ya le dije.
Seguramente María había ido al psiquiátrico
a buscar lo que tanto deseaba, no lo pensó mas, tomo un taxi y pidió que lo
llevaran al lugar
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