De tanto en tanto venían algunos a lavar sus miserias. Solo
les quedaba el recuerdo de las buenas épocas, que según me contaban y ya lo
explique en otros relatos, brilló todo el glamur de la alta sociedad.
Los campos producían
a rabiar lo que buscaras, trigo y animales por doquier. Después todo fue
apagándose lentamente, quizás por los problemas familiares, los pocos hombres
que tuvo la familia se fueron y solo quedaron estas dos mujeres.
Como habrán notado es una familia de mujeres, mi padre y
Claudio, fueron la excepción y Miguel, bueno eso está en duda, esto fue el
comentario de los lugareños, decían que la esfinge tenía algo que ver, ya que
solo nacían hembras, que era el fantasma de Sofía que vivía en la estatua, al
punto tal que se comentaba que mi padre y Claudio eran adoptados y Miguel una
broma de la esfinge.
Mi padre se enojo y renuncio a todo porque le prohibían que
se viera con mi madre, que era una Iturralde. Entonces se fue con ella y
ocupaban una pequeña parte de tierra que mi abuelo materno le había regalado. De todas maneras compartía trabajos con el tío Julio que pese a todo lo quería
a mi papa y lo respetaba. Dicen que cuando sus padres se opusieron al noviazgo
con mi mama, el tío Julio los ayudaba para que se vieran, yo no lo puedo creer,
trato de imaginarlo ayudándolos, pero así fue
Es muy diferente la casa del tío Julio, por las noches
fogata y guitarreada antes de dormir, el odioso no les dice nada, al igual que
el baile mensual en los galpones, para distraer a la peonada dice él.
No pertenezco a ninguna de las dos familias, gracias a Dios
vivo con las monjitas y eso hace que sea neutral.
Suelo ir a la mansión y mis tías Eva y Margot, unas
cincuentonas que parecen tener más años por lo arruinadas que están, me cuentan
historias de la familia.
Trato de imaginar las mujeres de la época con esos vestidos
largos, llenos de puntillas, arrastrando toda la tierra y la mugre del piso,
como en las películas que se las veían tan impecables como si siempre
estuvieran recién bañadas.
Una mañana llego la tía Catalina, vive en la ciudad. Es más
vieja que la injusticia y mala como una cascabel. Llegó con la joven Margarita,
que llora y llora todo el tiempo. No entiendo bien porque, pero de una cosa
estoy segura, la pobre me parece que está embarazada,
Llego la tía
Edith, ella también tiene su historia, pero a diferencia de Catalina es mas
buena que el pan.Si supieran lo linda que es, una rubia de treinta y seis
años, ojos claros y un cuerpo que para que te cuento. Lo tiene loco al tío Julio, cada vez que la ve se le ponen los ojos chiquititos y le arrastra el ala,
pero ella se hace la tonta.
La Tía Edith, discute con las otras. Parece que quieren
hacer algo y ella no las deja. Es un lio en la mansión, trato de saber más pero
no puedo.
continuara
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